Hace más de 25 años. escuché de los labios de Ana Pelegrín, clásica amante de romances, retahílas, canciones de corro y de calle, este trabalenguas que he enseñado siempre a mis alumnos. Investigando sobre su origen , descubrí que las "maestras de la República" también lo enseñaron en sus aulas.
"María Chucena su choza techaba,
y un techador que por allí pasaba le dijo:
"María Chucena, ¿Tu techas tu choza o techas la ajena?"
Ni techo mi choza ni techo la ajena,
yo techo la choza de María Chucena.
Para aprender, para practicar, para recordar, para jugar , para improvisar, y una vez que pasa a ser "nuestro" para representar, para dramatizar mientras jugamos con la palabra.
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